De Blockchain y el progreso, o de cómo se repite la historia de los coches y los ferrocarriles.

Alberto García-Lluis Valencia

Socio - Soluciones Blockchain

Madrid 12 · febrero · 2018

En 1861 el Parlamento del Reino Unido publica la ley de las Locomotoras (Locomotives Act) esta fue una respuesta de los grupos de presión de los ferrocarriles británicos a la amenaza que suponía para su negocio e inversiones el rápido crecimiento de la incipiente industria del automóvil. En realidad, no fue una ley, sino fueron tres, The locomotives Act (1861), Locomotives on Highways Act  (1865), y Locomotives on Highways Act  (Amendment) (1878).

Lo curioso de estas leyes, es que se las conoce también por la ley de la bandera roja (Red Flag Act). En 1865 se obligaba por ley que hubiera un hombre con una bandera roja que advirtiera del paso del vehículo, a una distancia prudencial de unas 60 yardas (unos 55 metros.) A este hombre le deberían acompañar dos más, un conductor y un fogonero. De manera adicional se limitaba su velocidad a 2 mph (3,2 km/h) en zonas urbanas y  a 4 mph (6,4 km/h) en el resto de carreteras.

Lo curioso de estas leyes, es que no tardaron mucho en valer como referencia a los mismos grupos de interés en los Estados Unidos, las cámaras de los estados de Vermont y Pennsylvania entre 1894 y 1896, intentaron aprobar leyes similares a las del Parlamento Británico.

En 1987, con la publicación del libro “The Economic and Social Effects of the Spread of motor vehicles” por Theo Barker Universidad de Londres. Plantean como este tipo de leyes absurdas, minaron el desarrollo de la industria del Automóvil en el Reino Unido, favoreciendo el liderazgo de la Industria alemana, francesa, y más tarde americana.

Hoy la industria de los vehiculos se llama Blockchain, el sector de las locomotoras (en un sentido amplio como metáfora), intenta frenar un proceso de transformación que sin precedentes puede suponer uno de los procesos transformadores más importantes de la Historia.

Lejos de los tópicos, de quienes creen entender el bitcoin (moneda) como una realidad especulativa y sustentada de la nada, habría que explicar que la gran innovación está en la tecnología Blockchain que da soporte Bitcoin (plataforma.)

Vaya por delante, Blockchain es el protocolo del valor en Internet, igual que existen otros protocolos como el TCP-IP, FTP, VoIP, SMTP, POP, HTTP, etc. Es probable que al configurar una cuenta de correo electrónico en el móvil o tablet algún software como outlook, mail, exchange, o algunos de los de 500 aplicaciones de mail, le pidan las direcciones de los servidores que utilizan los protocolos  POP3 o SMTP para enviar y recibir mails, lo mismos pasa con Blockchain, actualmente son más de 1.500 soluciones sobre Blockchain las que actualmente ofrecen diferentes tipos de servicios. Entre ellas destacan: Bitcoin; Ethereum; Tezos; EOS, NEM; Litecoin; Ripple; Dash; Zcash, etc. (ver lista)

De los detractores de Bitcoin, esos que solo se centran en su cara especulativa y más volátil, nunca he escuchado ninguna crítica al funcionamiento de Bitcoin como una DAO siendo el primer caso de éxito que se consigue en la Historia de  Organización Descentralizada y Automatizada (DAO). Organizaciones y gobiernos de todo el mundo lo han intentado tumbar sin éxito. El paradigma de la DAO, que lleva con éxito Bitcoin crea un nuevo paradigma en el derecho internacional, su autonomía que le permite gobernarse de manera autónoma y descentralizada, plantea la necesidad de reconocer el primer “Ente Criptográfico” a considerar en un futuro a añadir a los Códigos Mercantiles, como la nueva figura jurídica, después de las personas Físicas o Jurídicas, estará los entes criptográficos.

De igual manera, ninguna de estas críticas hacen referencia a cómo la tecnología Blockchain ha resuelto uno de los problemas más complejos que la tecnología lleva décadas intentando resolver, el problema del doble gasto o el “problema de los generales Bizantinos.” La utilización de los tan desconocidos “Algoritmos de Consensos”, que junto a los Libros de Contabilidad Distribuida (DLT), garantizan niveles de transparencia y confianza inmutable, impensables hace solo 10 años. Es de tal calado la combinación de estas dos cualidades de la tecnología Blockchain, que posiblemente en menos de 10 años habrán logrado transformar la mayoría de los procesos de gestión (pública y privada) que hoy se vienen realizando, incluso sería más apropiado decir, reinventar nuevos procesos, nuevos servicios, cambiando Cultura, estructuras organizativos, políticas y modelos de negocio y de gestión pública.

Precisamente en estos algoritmos de consenso con un elevado componente criptográfico, son los responsables de gestionar la confianza entre las partes. Dependiendo de las soluciones en Blockchain, nos podemos encontrar modelos muy distintos (PoS, PoW, PoA, PoAu, dPoS, PoC, etc.) y cada uno de ellos pensados para soluciones operativas muy distintas.

En este contexto, de banderas rojas, parece que comienza a haber voces cualificadas que lejos de dejarse llevar por el pánico colectivo que plantean los grupos de presión, se comienza a ver la tecnología Blockchain, las ICOs y la cryptocurrency como instrumentos con un elevado potencial de negocio, parece que así lo ha expresado recientemente (6 febrero 2018) J. Christopher Giancarlo  en el comité de banca, ante el senado de los Estados Unidos.

He hablado públicamente sobre los beneficios potenciales de la tecnología que subyace a Bitcoin, a saber, Blockchain o la tecnología libros de contabilidad distribuida (DLT). [...]

Los libros contables distribuidos, en diversas aplicaciones de redes abiertas o privadas, tienen el potencial de mejorar la eficiencia económica, mitigar el riesgo sistémico centralizado, defenderse de actividades fraudulentas y mejorar la calidad de los datos y la gobernanza. Es probable que DLT tenga un impacto amplio y duradero en los mercados financieros mundiales en los pagos, la banca, la liquidación de valores, el registro de títulos, la seguridad informática y los informes y análisis comerciales. Cuando se vincula a monedas virtuales, esta tecnología pretende servir como un nuevo almacén de valor, facilitar pagos seguros, habilitar transferencias de activos y potenciar nuevas aplicaciones. [...]

Además, DLT probablemente desarrollará mano a mano con nuevos contratos "inteligentes" que pueden valorarse en tiempo real, informarse a los depósitos de datos, calcular automáticamente y realizar “pagos de margen” e incluso rescindirse en caso de incumplimiento de la contraparte.

Discurso principal del Comisionado J. Christopher Giancarlo ante el Grupo Markit, [...]

De hecho, un estudio estima que DLT podría eventualmente permitir que las instituciones financieras ahorren hasta $ 20 mil millones en infraestructura y costos operacionales cada año. Según los informes, otro estudio estima que blockchain podría reducir los costos de liquidación de operaciones en un tercio, o $ 16 mil millones al año, y recortar los requisitos de capital en $ 120 mil millones. [...]

Sin embargo, aunque DLT promete enormes beneficios para las empresas comerciales y organizaciones benéficas, también promete asistencia a los reguladores del mercado financiero en el cumplimiento de su misión de supervisar mercados saludables y mitigar el riesgo financiero. Qué diferencia habría tenido en la víspera de la crisis financiera de 2008 si los reguladores tuvieran acceso a los libros mayores en tiempo real de los grandes bancos de Wall Street, en lugar de tratar de reunir datos por partes para recrear carteras de negociación individuales y complejas. Anteriormente he especulado que, si los reguladores en 2008 pudieran haber visto un libro mayor distribuido en tiempo real (o una serie de libros agregados en todas las clases de activos) y, tal vez, haber podido utilizar capacidades modernas de computación BigData e Inteligencia Artificial, podrían haber sido capaces de reconocer anomalías en la actividad comercial en todo el mercado y exposiciones de contraparte divergentes que indican un mayor riesgo de quiebra bancaria. Tal transparencia no puede, por sí misma, haber salvado a Lehman Brothers de la bancarrota, pero ciertamente habría permitido una intervención reguladora mucho más ágil, mejor informada y más calibrada en lugar de la respuesta desorganizada que, lamentablemente, siguió. [...]

[...] Estamos entrando en una nueva era digital en los mercados financieros mundiales. Como vimos con el desarrollo de Internet, no podemos volver a poner el genio de la tecnología en la botella. Las monedas virtuales marcan un cambio de paradigma en la forma en que pensamos sobre los pagos, los procesos financieros tradicionales y la participación en la actividad económica. Ignorar estos desarrollos no hará que desaparezcan, ni será una respuesta regulatoria responsable. La evolución de estos activos, su volatilidad y el interés que atraen de una creciente población milenaria global exigen un examen serio. Con el equilibrio adecuado de políticas sólidas, supervisión regulatoria e innovación del sector privado, las nuevas tecnologías permitirán que los mercados estadounidenses evolucionen de manera responsable y continúen haciendo crecer nuestra economía y aumentando la prosperidad.

 J. CHRISTOPHER GIANCARLO

CHAIRMAN,

COMMODITY FUTURES TRADING COMMISSION

SENATE, BANKING COMMITTEE,

WASHINGTON, D.C.

FEBRUARY 6, 2018

Texto completo

Poco a poco se comienzan a ver intervenciones de técnicos del Estado en diferentes países que tras profundizar en esta tecnología, se propone que más de prohibir o poner banderas rojas se comience a legislar de manera global para utilizar su potencial en mejorar la equidad, transparencia y seguridad de las relaciones nacionales e internacionales.

Las posibilidades, son muchas más de las que en un simple artículo se pueden analizar, y afectan no solo a las empresas, o instituciones regulatorias, sino a la propia eficiencia de la gobernanza de los Estados, a su transparencia, a la lucha contra la corrupción a los modelos de gestión de la Sociedad del Bienestar, a los modelos Fiscales y a la gestión eficiente de los recursos públicos. Con Blockchain se terminaron los derroches públicos y se abre una nueva era de gestión plenamente transparente, eficiente y justa. Esta es su fuerza y personalmente creo que es imparable.